En el corazón del Sobrarbe, suspendido entre montañas y cielos abiertos, se encuentra Tella, conocido popularmente como el pueblo de las brujas. Este pequeño núcleo, rodeado de un paisaje impresionante, combina naturaleza salvaje, patrimonio histórico y un aura de misterio que ha cautivado a generaciones de visitantes.

Tella no es solo un pueblo bonito; es un lugar que se siente. Su atmósfera única mezcla el encanto rural, la espiritualidad de sus ermitas centenarias y la poderosa energía de las leyendas populares que aún sobreviven en sus piedras. Aquí, la magia no es un reclamo turístico: es parte del paisaje.


Un paseo entre ermitas y leyendas

Uno de los grandes atractivos de Tella es su famoso Recorrido de las Ermitas, un sendero circular de apenas 2,5 kilómetros que conecta tres pequeños templos cargados de historia y espiritualidad: la ermita de San Juan y San Pablo, la ermita de la Virgen de Fajanillas y la ermita de la Peña.

Este paseo, de dificultad muy baja, ofrece al visitante no solo un viaje arquitectónico, sino también una inmersión en el paisaje: vistas al Valle del Cinca, al macizo de Monte Perdido y a los grandes bosques del Pirineo. Cada ermita parece colocada estratégicamente para contemplar el infinito, convirtiendo el recorrido en una experiencia íntima y casi mística.

El sendero está salpicado de paneles interpretativos que ayudan a comprender la importancia histórica y simbólica de estos pequeños templos, muchos de ellos de origen prerrománico o románico temprano.


El Museo de la Brujería

Para entender la leyenda que rodea a Tella, una visita imprescindible es su Museo de la Brujería, un pequeño espacio museográfico que recoge la historia de las creencias mágicas y supersticiones que pervivieron en el Pirineo aragonés durante siglos.

Aquí se muestra cómo las antiguas prácticas de curandería, astrología y rituales agrícolas fueron consideradas brujería en tiempos de intolerancia. Tella fue durante mucho tiempo vista como un lugar “protegido” frente a las fuerzas oscuras, gracias precisamente a sus ermitas, consideradas una barrera espiritual.

El museo ofrece una mirada respetuosa y amena sobre las raíces culturales de la región, ideal para visitantes de todas las edades.


Naturaleza imponente

Más allá de su dimensión mágica, Tella se encuentra en uno de los entornos naturales más espectaculares del Sobrarbe. Desde el pueblo parten rutas hacia la Cueva del Oso Cavernario, donde se han hallado fósiles prehistóricos, y hacia miradores naturales que permiten contemplar las gargantas del río Yaga o el embalse de Mediano.

Además, su proximidad a otros enclaves como Revilla, Escuaín o el Cañón de Añisclo convierte a Tella en un excelente campamento base para excursiones de naturaleza, siempre en un entorno sereno y poco masificado.


Una escapada para todos los sentidos

Visitar Tella es mucho más que hacer turismo: es vivir una experiencia que combina historia, leyenda, paisaje y emoción. Ideal para familias, parejas o viajeros solitarios que buscan algo más que rutas y monumentos, Tella ofrece una conexión profunda con la tierra y el tiempo.

Aquí, cada rincón invita a la contemplación, al respeto por la naturaleza y a dejarse envolver por una magia que no necesita explicaciones.

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