En pleno corazón del Sobrarbe, colgado sobre el vacío del Cañón de Añisclo y a los pies de las grandes cumbres de Ordesa, se encuentra Nerín, un pequeño pueblo pirenaico que conserva intacto el sabor de la montaña auténtica. Con apenas unas pocas casas de piedra y tejados de losa, rodeado de pastos y pinares, Nerín ofrece uno de los paisajes más abiertos y sobrecogedores del Pirineo aragonés.
Aislado, tranquilo y rodeado de naturaleza en estado puro, Nerín es el punto de partida perfecto para aventureros, senderistas y amantes de los lugares con alma, de esos que se recuerdan mucho tiempo después del viaje.
Pueblo de altura y horizonte infinito
El casco urbano de Nerín mantiene su trazado tradicional: calles empedradas, casas de piedra robustas, balcones de madera y chimeneas tradicionales que miran hacia el cielo. Desde cualquier rincón del pueblo se contemplan las inmensas paredes de los Sestrales, los bosques que cubren los valles y, al fondo, el majestuoso Monte Perdido.
Nerín es un destino para los sentidos: aquí el silencio es profundo, el aire es puro y el paisaje parece infinito. Ideal para quienes buscan una desconexión real y una inmersión auténtica en la naturaleza pirenaica.
Acceso privilegiado al Parque Nacional
Una de las grandes joyas de Nerín es su acceso directo a la pradera de Ordesa mediante una pista forestal restringida, que en verano opera con un servicio de transporte 4×4. Gracias a ello, desde el propio pueblo es posible alcanzar uno de los enclaves más famosos del parque sin necesidad de pasar por Torla.
Este acceso alternativo es ideal para aquellos que desean evitar las zonas más concurridas y disfrutar de Ordesa desde un punto de vista diferente, más elevado y espectacular.
Desde Nerín también parten rutas de senderismo de alta montaña, como la que lleva a la Brecha de Rolando pasando por Cuello Gordo, o las ascensiones hacia los Tres Sorores: Monte Perdido, Añisclo y Cilindro.
Senderismo y rutas para todos
Además de las grandes rutas de altura, Nerín ofrece paseos más suaves que permiten descubrir pinares centenarios, bordas tradicionales y miradores naturales perfectos para contemplar el atardecer sobre las gargantas del Sobrarbe.
El sendero hacia Sercué o hacia los miradores de Ordesa son opciones ideales para familias o caminantes tranquilos. El paisaje en esta zona cambia en cada estación: verdes intensos en primavera, frescura en verano, explosión de color en otoño y blancura total en invierno.
Alojamientos rurales con encanto
A pesar de su pequeño tamaño, Nerín dispone de casas rurales y pequeños alojamientos integrados en la arquitectura tradicional, muchos de ellos rehabilitados con mimo. Algunos ofrecen servicios para montañeros y senderistas, y todos comparten el trato cercano y familiar que caracteriza a los pueblos del alto Sobrarbe.
La gastronomía local, basada en productos de la montaña, puede disfrutarse en restaurantes de los alrededores, donde la cocina casera y los sabores auténticos son los protagonistas.
Nerín: la montaña en estado puro
Nerín es un lugar para descubrir despacio, sin mapas cerrados ni horarios estrictos. Es perfecto para quienes buscan vistas infinitas, aventuras auténticas y un contacto real con el Pirineo más sereno y espectacular. Un refugio de altura en todos los sentidos.
Enlaces externos recomendados:
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Turismo de Aragón – Nerín y acceso a Ordesa : https://www.turismodearagon.com/ficha/nerin/
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Geoparque Mundial UNESCO Sobrarbe-Pirineos – Nerín : https://www.geoparquepirineos.com/municipios/fanlo/