El Ibón de Plan, también conocido como Basa de la Mora, es uno de los parajes más mágicos y legendarios del Pirineo aragonés. Situado a 1.910 metros de altitud, en el término municipal de Plan (comarca del Sobrarbe, Huesca), este lago de origen glaciar se encuentra rodeado de altas cumbres, praderas alpinas y bosques de pino negro. Su belleza serena y su aura misteriosa lo han convertido en uno de los destinos más populares para quienes buscan una experiencia natural auténtica, envuelta en leyendas.

Este ibón es accesible a pie y también en vehículo por pista forestal durante el verano (aunque se recomienda consultar siempre el estado del camino). El trayecto desde Saravillo o Plan ya es en sí una experiencia paisajística, cruzando bosques y laderas montañosas hasta llegar a una pequeña zona de aparcamiento, desde donde comienza la última parte de la ascensión a pie.

Un lago con leyenda
El nombre de Basa de la Mora proviene de una leyenda local transmitida durante generaciones. Cuenta la historia que una princesa mora, huyendo tras la reconquista cristiana, murió en las aguas del lago, y desde entonces su espíritu aparece danzando sobre el agua cada Noche de San Juan. Pero solo la pueden ver aquellas personas que hayan llegado puras de corazón, subiendo al lago en silencio antes del amanecer y lavándose la cara con sus aguas.

Más allá del mito, el lugar tiene una atmósfera especial. La quietud del ibón, el reflejo de las montañas en su superficie y el sonido del viento entre los pinos lo convierten en un enclave perfecto para la introspección, la fotografía o simplemente para disfrutar de la naturaleza sin distracciones.

Un entorno natural protegido
El Ibón de Plan se encuentra en una zona de alta montaña que forma parte del Parque Natural Posets-Maladeta, y está rodeado de imponentes cumbres como el Cotiella (2.912 m), el Pico de la Espada o el Peña de las Once. Esta ubicación lo convierte en un excelente punto de partida para excursiones más largas y técnicas.

En sus alrededores es frecuente encontrar marmotas, rebecos y una rica avifauna alpina. Las praderas que lo rodean están tapizadas de flores en primavera y verano, mientras que en otoño los colores cálidos de los bosques aportan otra dimensión visual al paisaje. No hay señal móvil ni construcciones modernas, lo que refuerza la sensación de aislamiento y autenticidad.

Cómo llegar y cuándo visitar
El acceso más habitual es desde Saravillo, por una pista forestal de unos 14 km. Se puede recorrer en vehículo alto (preferentemente 4×4) durante los meses sin nieve, aunque muchos visitantes optan por caminar al menos parte del trayecto para disfrutar del entorno. Otra opción, más exigente, es llegar desde Plan a pie, en una ruta circular con fuertes desniveles.

La mejor época para visitar el ibón es de junio a octubre, cuando el acceso es más fácil y el lago muestra todo su esplendor. En invierno suele estar cubierto por la nieve y el acceso se vuelve complicado, aunque es también muy visitado con raquetas de nieve por montañeros experimentados.

Al tratarse de un espacio protegido, es importante respetar la normativa medioambiental: no hacer fuego, no acampar, recoger todos los residuos y no salirse de los senderos señalizados.

Una experiencia inolvidable
El Ibón de Plan o Basa de la Mora no es solo un lago: es una vivencia. Ya sea por su belleza paisajística, su carácter solitario o la leyenda que lo envuelve, visitar este lugar es una experiencia que permanece en la memoria. Ideal para una escapada de día, una ruta de montaña o como parte de un viaje más amplio por el Sobrarbe, este rincón encantado del Pirineo aragonés sigue sorprendiendo a quien lo descubre.